SAN PEDRO DE MACORIS. El dueño del Colmadón Guerrero del Malecón murió en la noche de este jueves luego de recibir heridas de bala de manos de un oficial del Ejército Nacional.
Pablo Antonio Basilio Guerrero, de 47 años, murió como consecuencia de las heridas de bala, momentos después de haber sido llevado al hospital Oncológico de la UCE. Residía en la calle Zayas Bazán de Miramar.
El informe policial indica que Basilio Guerrero sostuvo una discusión con su matador, identificado como el primer teniente del Ejército Juan Evangelista Alcántara Céspedes, de 36 años, asignado a Transportación de esa institución.
Este ultilizó una pistola Taurus calibre 9 milímetros.
Basilio Guerrero sufrió herida en el hemitorax derecho, linea axilar anterior a nivel del sexto espacio intercostal izquierdo con entrada en la cara interna del tercio medio del brazo izquierdo, sin salida.
Indica que cuestionada verbalmente, la nombrada Aida Benitez Batista, de 23 años, residente en Villa Faro, Guerrero le dijo al victimario y a ella que salieran de su negocio y posteriormente se produjo una discusión, luego de la cual el oficial sacó su arma y le disparó.
Este ultilizó una pistola Taurus calibre 9 milímetros.
Basilio Guerrero sufrió herida en el hemitorax derecho, linea axilar anterior a nivel del sexto espacio intercostal izquierdo con entrada en la cara interna del tercio medio del brazo izquierdo, sin salida.
Indica que cuestionada verbalmente, la nombrada Aida Benitez Batista, de 23 años, residente en Villa Faro, Guerrero le dijo al victimario y a ella que salieran de su negocio y posteriormente se produjo una discusión, luego de la cual el oficial sacó su arma y le disparó.
En principio fue llevado a ese hospital, donde murió y luego llevado a la regional de Patología Forense en el hospital Antonio Musa de San Pedro de Macorís.
Pablo Antonio Basilio Guerrero había estado envuelto en varios incidentes en el referido colmado y en una ocasión las autoridades le habían incautado las bocinas del establecimiento, por lo que duró más de una semana cerrado.
En una ocasión mostró inconformidad y hasta llegó a expresar que cerraría el establecimiento y se trasladaría a La Romana, alegando que "en este pueblo le tenían envidia".
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